C. 26 No. 358 x 43 y 45 Fracc. Monte Albán

Unión con Cristo ¡LLamados para Su gloria!

1 Corintios 1:26-31

Autor: Marcial Magadán López

Hay un frase que se ha usado mucho a lo largo de los años: “Dios no escoge a los capacitados sino capacita a los escogidos”. Sin duda, una de las glorias que Jesús regala cuando transforma el corazón de una persona es mostrarle de qué se trata de la vida en esta tierra, es decir, recordarle su propósito como criatura diseñada a su imagen y semejanza que debe vivir en todo momento para darle gloria a su creador. 

Cuando el hombre es facultado por el Espíritu Santo para poder ver esta realidad, entiende entonces lo que el apóstol Pablo le está diciendo a los corintios en su primera carta en este fragmento del capitulo 1. 

En la versión Reina Valera de 1960 dice: “mirad vuestra vocación”, sin embargo la nueva versión internacional refuerza la idea de tener en cuenta lo que ahora somos en Cristo al decir: “consideren su propio llamamiento”, entonces verán que muchos de ustedes no entran hoy en la categoría de “letrados” conforme a los estándares del mundo. Muchos de los Corintios no tenían una preparación académica respetable o no ocupaban algún puesto de reconocimiento social o económico, muchos de nosotros nos podemos identificar con esto hoy en día, pero Pablo les recuerda que Dios los ha puesto y capacitado de manera muy especial para enseñar y mostrar de qué se trata la vida: “No vivir para mí sino vivir para Él.” 

Esta es y seguirá siendo una lucha cotidiana del ser humano (Cristianos incluidos): el vivir buscando de alguna manera recibir gloria personal. Pregúntese lo siguiente: ¿La carrera que estudio es para…? ¿Usted trabajar por? ¿Lo que gana lo usa para…? O complete esta frase, mi vida estaría completa si tan solo… 

Paul David Tripp dice que somos ladrones de la gloria de Dios, ya que mucho de lo que hacemos es para que de alguna manera seamos reconocidos en menor o mayor grado. Al buscar esta meta falsa nos hemos desviado del propósito original para el cual fuimos creados, darle la gloria a Dios y seguimos cavando cisternas huecas como diría el profeta Jeremías, tratando de llenar con nuestros logros un vacío de éxito que nada de este mundo puede llenar. 

John Piper dice que el propósito de nuestra vida es hacer el nombre de Jesús famoso, al verlo de esa manera nos daremos cuenta que mucho de lo que hacemos en las iglesias tiene como objetivo hacer “relevante” o famosa a la iglesia misma, o al pastor o al grupo de alabanza pero no a Cristo. Pablo sabía de esto y por eso les dice a lo Corintios «Si alguien ha de gloriarse, que se gloríe en el Señor», ya que es el único que les ha dado lo más importante de esta vida, el nacer de nuevo que significa, haber sido justificados por la sangre Cristo y no ser más culpables sino inocentes, recibir la bendición de ser santificados cada día por la obra del Espíritu Santo y vivir en paz por saberse libres y reconciliados al haber sido comprados y no tener más la deuda de muerte ante el Dios santo y justo. 

Consideren esto… que tal si todos lo hiciéramos, nuestra vida tomaría un rumbo diferente de no vivir más para nosotros sino para aquel que lo dio todo por nosotros.

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